LA MANO QUE APRIETA

sábado, 7 de abril de 2012

impermeabilidad cilíndrica.

A veces me confundo y olvido mis submarinos interiores, irremediablemente, ambiciosamente impermeables, tan de juguete. Son cauchos, forros que van quedando por el camino. Como en vida del librero Rubén, me dijera un policía vuelto librero (amistad de Rubén): "Yo siempre que cojo, me pongo cinco forros"...
Los submarinos no tienen sustento. Su habitat natural es la leche caliente dentro de un universo cilíndrico donde se disuelven mientras son observados con cucharitas por dioses humanos . Así cuando uno los deja maltrechos, derretidos a medias, sobre algún mármol o baldosa, se convierten en cadáveres incómodos, peores que los profilácticos usados que aparecen por la vía pública. Estos, si no están pinchados, pueden ser inflados para remontarse a los cielos. Los submarinos no... Además la radioactividad es implacable.

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