LA MANO QUE APRIETA

sábado, 28 de abril de 2012

dejá para mañana lo que podés hacer hoy

Hay un ritual que consiste en dar este consejo (oración ceremonial) cuando finaliza un día y comienza el siguiente.
Se inicia el conjuro minutos antes de la medianoche y se entra en un lapso errante que puede durar una o dos horas. En este caso particular, una hora con veinte minutos de una noche fría y sombría que ía.
Ese lapso se usa para realizar acciones no premeditadas. La noche con sus avenidas y calles está llena de asombros y casualidades.
Hay entonces un -el- regreso al refugio donde resuena el viejo conjuro: "En la puta vida volveré a laburar". Como la vida transcurrió y nunca se laburó, lo inmaculado es el mañana. Hay un recogimiento, un regimiento de gemidos que explotan e iluminan los 360 grados de la vida plana.
A esto se llega evitando hacer lo que hay que hacer, mientras amanece.

Agenda53.

0 comentarios: