LA MANO QUE APRIETA

jueves, 6 de octubre de 2011

orto fonético

En los sesentas -y la cosa viene de antes- se decía que se escribiera lo que se escribiera, si el texto no tenía implicancia social, no servía, se disipaba cual pedo al viento. Conceptuar eso, era una movida de piso a quien estaba con el lapicito en la mano y la soga al cuello. Peor aún: muchos escritores se preocuron por cumplir con este requisito y consiguieron laburo en medios de comunicación.
Arlt que fue un trabajador espiritual, prefirió infartarse que adaptarse a la mediocridad de las divulgaciones varias.
Sea como sea y colocadas estas palabras en el cauce de un taller literario: el tema es otro...

Cuaderno de pegotes No. 2. 1974.-

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