LA MANO QUE APRIETA

miércoles, 14 de septiembre de 2011

La risa gregoria.

Osho recomienda por las mañanas al despertar, reir. Lograr la risa loca, encendida por estímulo mecánico. "La risa es salud".
De Gregorio no necesita leer a Osho para saber que la risa es lo mejor que sucede en la vida. Entonces ríe desaforadamente, llegando incluso a ese hipado que juega con el paro cardíaco. Cualquier motivo es bueno para reir. Le basta oir mi saludo por teléfono para estallar en carcajadas ensordecedoras. Además cada vez que hablo por teléfono con él, el parlante del aparato, truena. Es como ponerme una amplificación para estadios en la oreja. Generalmente los textos no los entiendo porque retumban y lo que más me llega es su risa que provoca la mía y el diálogo telefónico entonces es una barbaridad de caracajadas que van del cornetaje más simple al ulular de las fábricas de los años 50s.
Este fenómeno no es muy duradero, pues De Gregorio avisa: "Este es un llamado breve". Entonces reimos a reventar hasta que con voz de culo, tubular, dice: "Tengo que cortar". Cortamos y seguimos riendo cada uno al lado de su teléfono.
Sucede que Gregorio me llama de su celular a mi teléfono de línea. Y no lo hace solo conmigo, se pasa el día haciendo llamados a amigos y amigas, logrando a fin de mes facturas de cuatro dígitos. Facturas que paga su mecenas Richard Wagner el banquero, con las quejas pertinentes que convocan a Gregorio a reducir los tiempos telefónicos.
Lo que más me gusta de la risa de De Gregorio es como se parece a la risa del actor que interpreta a Renfield en el Drácula de Tod Browning con Bela Lugosy. La risa de mi amigo tiene toda la carga siniestra de la del sicópata sintonizado espiritualmente con el vampiro, pero es más enriquecida que la del actor Dwight Frye.

Y.N. Dibujo. 2011.

3 comentarios:

valen dos de quince por uno de treinta, prosista conocido x dos o tres borges? que yo acumulo recuerdos, lecturas, sueños, tres recuerdos valen una historia soñada.Yoel tu expulsas eso que expulsas y yo con necedad leo.

Tal vez Dwight muriera pensando que su nombre quedaría olvidado en el tiempo. En los horrores de la guerra el viejo terro de la Universal ya sólo asustaba a los niños, como bien se encargaron de demostrar Abbott y Costello. Sin embargo una solitaria carta llegó a la familia Frye en 1945. Un admirador de Dwight había escrito a la familia expresando su admiración por el trabajo del desaparecido padre y esposo. Todo pudo haber acabado ahí, pero a finales de los 50, en plena era atómica, un carismático presentador llamado Zacherley triunfaba en la televisión con su programa Shock Theatre. Las reposiciones de Drácula, El monstruo de Frankenstein y otros clásicos abrieron los ojos a muchos, y descubrieron aquellos viejos terrores a una nueva generación. Poco a poco el trabajo de los Whale, Lugosi, Karloff, Frye y un largo etcétera comenzó a ser valorado en su justa medida. Poco importaba si aquellas viejas películas daban miedo o no; eran buenas, artísticas, con buenos guiones, innovadores maquillajes y sólidos efectos especiales, y grandilocuentes decorados. Merecían la pena ser vistas. En los 60 la mítica Famous Monsters of Filmland rindió tributo a todos aquellos que participaron en la edad dorada del terror.

Pos mire Ud.que esta chilao el menso ese del Gregorio,se embarranca los pesos parloteando con los cuates,y es perando que Wagner le pague los consumos...
Compadre,dele unos chilis habaneros,y vera como se queda quieto como un tolteca!!!
Ya ni la Madre Sabina (sea sagrado su santo Nombre),le puede poner cada tuerca en su lugar.
Creoqui que en Oxaca,lo arreglamos...mandelo como encomienda