LA MANO QUE APRIETA

jueves, 3 de marzo de 2011

chapopemto mamarídulo


El chapopemto en su rareza, es oportuno.
Es una desas mamarídulas que enloquecen a cualquiera aunque las estadísticas contradigan, pues la enseñanza trataba antes que de juntar dinero, de contradecir. Contradecorar el decoro ruborizado del buen catinga (perfumado o en su salsa) que le sacaba jugo multimillonario a sus espermatozoides.
Decía quel chapopemto era oportuno, en cuanto esas oportunidades en el momento de ser dejaban de serlo. Ahí su magia y tranvía.
Si, el chapopemto es un momento, pero no un momento cualquiera. Ningún momento es un momento cualquiera. Se los califica por su extrañeza, como diría el bueno de Celestino Warren cuando en 1967 le cayó de punta en la cabeza, una bomba atómica, y lo dejó boludo... Hacía "¡Uuuuuuuuuu!" y pateaba nel culo a los transeúntes. El chapopemto lo agarró de sorpresa a Celestino y el hombre funcionó como un pararrayos en medio de un ensayo teatral.
El chapopemto que se cierne ahora es innominable y tiene la dimensión de cualquier chapopem...

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