LA MANO QUE APRIETA

jueves, 10 de febrero de 2011

Segunda lectura.


Los tiempos entre tempestades y calmas, son críticos, pues siguen de largo ante el humano intento de puntuar y comprender.
He ahí questoy demorando mi segunda lectura del Eclesiastés. Del ácido lisérgico, los científicos recomendaban ingerirlo una vez en la vida. A lo sumo dos veces y en casos extraños, tres veces. La realidad fue bruta. Un montonazo de gente consumió ácido (de cualquier calidad) como si fueran maníes y ese abuso convirtió a la experiencia sicodélica en un arco voltaico aburrido. Reconozco haber exagerado los ácidos de mi juventud. Pero el Eclesiastés lo tengo virgen. Hice una sola lectura concienzuda a los 30 años. Me sé a salvo de los que lo leyeron no solo varias veces, sino: repetidamente y armaron iglesias de cotillón. Mi segunda lectura viene de la mano con Emerson y no es transmisible (infecciosa).
A todo esto, Bernardo falleció y Lolo también.

Foto de archivo: Osvaldo Terranova en un programa de transmisión diaria quel actor protagonizara por canal 13.

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