LA MANO QUE APRIETA

sábado, 8 de enero de 2011

Hay más...

Llueve, pequeño gnomo compañero, siempre que hubo oscuridad pusiste tu cabecita para encenderla al chispazo y dar luz.
Hay vidas que se sostienen merced a la tecnología y el amor.
Los asesinos juegan videojuegos para relajarse y acotar sus inteligencias.
Las víctimas dominan sus impulsos de gastar demasiado.
La liliputiense Candelita (tu amiga) cocinó un gigantesco zorrino al horno con papas.
Los países imperialistas -y los antimperialistas- quieren poner fin a las armas de juguete.
Reyes y presidentes esperan el mediodía, llueva o esté soleado.
Los cerebros humanos están comenzando a usarse dentro de mochilas cómodas.
Se dice -el rumor es avasallador- que ha llegado la hora de cambiar los aceites. Cuando el implicado pregunta "¿Qué aceites?" El juguete responde: "Todos". O sea: comestibles, industriales y biológicos.
La sencillez genera complejidad...

Candelito, esto en cuanto a las sustentación de las vidas, donde supongo se amalgana la humanoide con la humana, sin profundizar en el exuberante entorno.

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