LA MANO QUE APRIETA

viernes, 1 de octubre de 2010

Leyendo a Petete.


Eran años de fibrocemento. Papeaba papá Braulio y gobernaba Jacinto Benavente.
El libro gordo de Petete era una relectura, una reelección, una rereligión. Estaba requetebueno pues venía a colores y sus fascículos aparecían a montones en cajones de chapadur.
Ciertamente, una era tocaba su fin. La "a" de "a su fin" se afinestraba abiertamente en aquella década paramilitar decadente (Ver lámina dedicada a la "A" del enciclopédico Espasa Calpe)

Collage. 1981.

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