LA MANO QUE APRIETA

lunes, 18 de octubre de 2010

Borges en la puerta de casa, con basilisco.


Es otro ángulo, otra toma de la misma escena publicada aquí en un post viejo.
A Borges lo vendí luego de una cirugía, mediante la cual lo separé del basilisco. (Bestia que hacía de lazarillo y mascota del maestro). El basilisco, mezcla de gusano y gallo que mataba a todo el que lo mirara, quedó convertido en lo que titulé "el aviador".
La intervención que separó a Borges del basilisco, fue feliz y sin complicaciones. A lo sumo, el bastón de Borges presenta ahora en el punto de apoyo, un engorde sospechoso que se derrama por la base.

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