LA MANO QUE APRIETA

domingo, 12 de septiembre de 2010

petocareta


Esta prenda de vestir, se puso de moda en la década de los cuarentas, y más que como elemento protector de los golpes de la vida (imprevistos callejeros), los varones la usaban como artilugio para encandilar y enamorar a chicas de barrio.
Por aquella época todavía tenía mucha difusión popular, tanto en los cinematógrafos, como en ediciones baratas en los kioskos de diarios, "El Fantasma de la Ópera" de Gastón Leroux. Así, los hombres enmascarados, a la voz temblorosa de "¡Cristiiinaaa!", arremetían contra las amas de casa que salían de compras.

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