LA MANO QUE APRIETA

lunes, 13 de septiembre de 2010

Goma y hueso.



La foto la tomé en la casa del mejicano Charlie, donde estuvimos alojados un tiempo en 1973 (Distrito Federal, camino de regreso). La máscara de goma y la calavera eran de la casa. Fue un alojamiento extraño. No recuerdo porque ni cómo caímos allí. Charlie trabajaba para un laboratorio farmacéutico. Una noche me llevó a "La cueva del Indio". Un hangar inmenso donde montones de mujeres hermosas se desnudaban para mejicanos bien vestidos y borrachos que pagaban caro la estadía entre los tragos y los billetes que continuamente regalaban a las striptiseras, que eran demasiado bellas y que manifestaban asco por la audiencia. Se podía bailar con ellas pagando unos diez dólares por pieza. Charlie sacó un boleto y bailó guaracha con una morocha increíble. De pronto en medio del baile, la morocha apartó a Charlie y le estampó una trompada en medio de la jeta, que lo dejó boludo. Sonriendo, mi amigo mejicano vino a mi y con picardía me confesó: "La apreté un poquito"...
Nos separamos mal. Charlie nos hechó de su casa, a Marta, a Evan y a mi.
Nos pasamos a lo de Lourdes.

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