LA MANO QUE APRIETA

miércoles, 11 de agosto de 2010

Sharon Sharon Manson Manson



El estreno fue en Bogotá cuando aún no habían condenado a muerte a Manson y a su tribu.
La puesta no fue buena. Entre la maroma audiovisual, ingesta de un pollo rostizado y bailar con los Beatles, se armaba un discurrir aburrido que se calmaba un poco cuando yo intentaba estrangular un espectador con una soga.
El verdadero espíritu desta propuesta, se armó bien cuando después de "Sharon Manson", también en 1970, estrenamos "Exuma" con actores colombianos. Sin texto, nos desnudábamos y yo destrozaba una cabeza de cordero a machetazos para bendecir con su sangre a los actores. "Manes tan sollados" nos dijo alguien de la Sesenta.
Cuando en el 71, la reestrenamos en Costa Rica, no pudimos conseguir en ningún mercado una cabeza de cordero. Nos tuvimos que conformar con una cabezota de cerdo. Incluso filosofé: "Mejor. Cabeza de ´Pig´. Más en la línea de los muchachos que habían escrito ´pig´ con sangre por todos lados, luego de la masacre en la mansión Tate". Compré la cabeza del porcino por la mañana y la dejé en espera tras el escenario, a la intemperie. San José de Costa Rica era hermosa y tropical. Cuestión que por la noche la cabeza había putrefaccionado asombrosamente. Cuando Marta solemne, entró al escenario a entregarme la cabeza para que yo la destroze a machetazos sobre un banquillo... El olor a podrido llegaba hasta la calle y el público... La sala estaba llena de gente bien vestida que discretamente, gesticulaba como queriendo vomitar.
Impresionante el olor abominable que pudo provocar una cabeza podrida de cerdo, en cuestión de unas pocas horas, dentro de una sala teatral.
En las funciones siguientes no hubo mal olor. Conseguimos cabezas de corderos decapitados en el día.

Haciendo clic en la imagen, esta se agranda y se puede leer texto impreso.

2 comentarios:

Fantasma Benito dijo...
11 de agosto de 2010, 18:49
 

En "Soñé con un campo cubierto de amapolas" del blog patagónico "Inmaculada Decepción", hubo un comentario:
"Yoel Novoa dijo...
Allá por el 72, cuando con Marta presentamos en Costa Rica "Sharon Sharon Manson Manson", luego de los funciones haciamos "forum".
La obra era sobre los crímenes de Manson con música de los Beatles, imágenes del ratón Mickey, etc., un espectáculo con tendencia al musical. Ya cuando lo estrenamos en Bogotá recuerdo a dos adolescentés refumados que me vinieron a saludar al camarín. Estaban conmovidos: "¡Qué onda chévere matar burgueses, man!" "¡Cheverísimo!". Curiosamente, a los pocos días comenzaron a suceder en los alrededores de Bogotá, asesinatos que imitaban a los del clan Manson.
En aquel forum de Costa Rica mientras intercambiábamos boludeces con el público, de pronto hablo un hombre moreno y robusto: "¿Porque hacen apología del crimen? Matar es una experiencia triste. Se lo digo yo que maté un hombre con mis manos".
Silencio. Nadie del público ni de los actores salió con "Yo maté un montón y no pasa nada". A partir de ese momento el hombre (José León Sánchez) contó su experiencia, dijo que acababa de salir de la cárcel y promocionó su libro autobiográfico recién publicado: "La isla de los hombres solos". Libro que en 1973 fue llevado al cine mejicano por un desopilante René Cardona".

08:19

Fernando De Gregorio Lavié dijo...
12 de agosto de 2010, 8:50
 

¡Ay! Yoel Novoa. Hoy veníamos hablando en el colectivo 84 con mi pase gratiuto por discapacidad maníaco-depresiva de algunos datos de Napoleón, el máximo numen del Romanticismo. Sospecho que Napoleón era un gran actor, y sus famosos ataques de furia de aquel grande hombre, eran una de sus tantas similitudes antiburguesas que ustedes, vos, tú y Marta han practicado dejando profunda huella en Latinoamérica. Tendríamos que filmar Sharon Sharon Manson Mason ahora, cuarenta años después. Contás con mis cámaras o las de Eduardo. Es más, primero podríamos hacer un audiovisual, tipo clásico con puntero laser, para resaltaralgún texto