LA MANO QUE APRIETA

lunes, 21 de junio de 2010

Volvió la luz


Volvió después de haberse ido.
Fue durante el barajar de las primeras conciencias mañaneras, y la temática aparentaba tener las dimensiones de una novela con sus riesgos de sedentarismo y sobrepeso.
¿Por qué escribir una novela si los humanos lectores solo leían textos cortos, y ni eso era justicia del empeño?
Por que se había ido la luz, y al perder sentido las ambientaciones y claustros usuales, escribir una novela (masticada a través de décadas con candado) era de una prioridad explosiva, brillante.
En los menesteres de buscar papel y lápiz, volvió la luz...
Bajo la iluminación eléctrica, la novela se esfumó.

Esmalte. 1974.

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