LA MANO QUE APRIETA

sábado, 1 de mayo de 2010

viejo sucio

Cuando escribí el "Diario del Corralito" -2002_2003- tomé la costumbre de no afeitarme y bañarme solamente los días de feriado nacional (Día de la Bandera, 9 de Julio, etc.)
Después, volví a bañarme más seguido. Jamás todos los días, pero si un par de veces por semana.
Mis padres se acicalaban todos los días, pero lo que era bañarse: una vez a la semana. Un día mi padre y otro día mi madre. Costumbre acarreada de la Galicia enxebre, rica en privaciones. Mi padre durante su juventud, en las madrugadas de la portería de la calle Chile, se bañaba todos los días con agua fría antes de emprender la faena diaria.
Citar a mis padres es una forma de justificar mi tendencia a acomodarme en mi mugre y olor natural. Usé bicarbonato de sodio como desodorante y me peiné con jugo de limón. Partes pudendas higienizadas a diario con agua fría.
Ahora soy un viejo sucio (el clásico) y al día de hoy llevaba dos meses sin bañarme y sin cambiarme la ropa (las medias si, todos los días). Hubo amistades que se manifestaron incrédulas ante mi fortísimo "olor a chivo".
El personaje que compongo entonces, es todo lo contrario a un maloliente usual. Me embargo de elegancia y moderación gestual. Hago teatro y la mugre es la esencia de mi actuación entre los demás.
Curiosamente hoy, en las primeras horas deste Primero de Mayo, me bañé. Me sometí a la acción de una ducha templada con jabones, durante una hora.
El salir del baño, se pareció a renacer, como si el Instituto Di Tella estuviera a la vuelta de la esquina.

comentarios:

Se entiende en este culto a la "suciedad", un método, un trabajo. Y el trabajo le sirve sobremanera al cuerpo y a la mente. El problema es que hace acumular dinero.
¿La mugre cómo preventivo?