LA MANO QUE APRIETA

jueves, 8 de octubre de 2009

Un tachero.

Los tacheros parecen ser un crisol sociológico de Buenos Aires. La mayoría participa del fenómeno futbolístico como si se tratara de algo común a la humanidad, sus radios lo indican. Creo que en 40 años de viajar en taxi, solo una vez me tocó uno
que escuchaba música clásica.
En fin, hay de todo, y generalmente converso con ellos, casi siempre de las situaciones actuales.
El otro día me tocó un tachero sesentón, desilusionado, me dijo: "Este gobierno es la última mierda. Pero los de antes desde Menen, fueron lo mismo. Y los que vienen son peor... Estoy podrido ¿qué quiere que le diga? -alborozó un suspiro cuasi optimista- Menos mal que estoy por morirme en cualquier momento... Chau, no los aguanto más".

comentarios:

Si debo nacer tachero alguna vez, quiero que sea en Buenos Aires. Es más, necesito una beca para hacer de tachero en Buenos Aires. Sería el premio más importante de mi vida. Tomar un pasajero en Caballito y que me dijera: "A la cortada de Carabelas". Un abrazo Joe.