LA MANO QUE APRIETA

jueves, 23 de abril de 2009

El mañana es una incógnita

Esta tarde Eduardo viajó a Nueva York.
Estoy a cargo de que el Santiago y la Sergia, con ocho horas de ayuno, mañana a las siete de la mañana estén listos con sus meadas mañaneras para llevarlos al Alvarez para que les saquen sangre.
Hoy a las ocho de la noche pasé por el hotel para chequear si estaban preparados, etc.
Santiago al verme: "¿Cómo te va?" "¿Qué andás haciendo por acá?"... "Vengo para ver si están listos para el análisis de sangre"... "¿Qué análisis de sangre?". "Los que estamos haciendo para que a vos y la Sergia les den un alojamiento municipal". "¡¿Porqué vos y Eduardo no se dejan de joder?! ¡Qué alojamiento ni que carajo!Ese alojamiento me lo van a dar cuando esté muerto. Va estar pa cuando esté jediendo". "¡Santiago! ¡Por favor! ¿donde están los frasquitos esterilizados que te compró Eduardo?". "¿Qué frasquitos? ¡Los tiré a la mierda! Estuve tirando basura. ¡No se donde están!". Lo miré a fondo: "Santiago -la repetición desta palabra es una letanía que produce cierta mueca riente en el pelagatos- Voy a comprar otros dos frasquitos. Prometeme que los vas a usar..." "¡Dale! ¡Dale! Tá bien".
Hice la diligencia, conseguí los esterilizados en una farmacia que estaba cerrando. Los traje al hotel. En la pieza los reuní a los dos y a los gritos les expliqué los funcionamientos horarios del ayuno. Santiago, me había recibido precisamente ladrando: "No tengo un mango. No tengo nada pa comer". Sobre una mesita había un pucherito de algo no muy descifrable pero de buen aspecto, un salame cortado al medio y un racimo de uvas. Creo que le hacia falta dinero para comprar pan.
"Justamente, lo que no tenés que hacer es comer, ¿¡me entienden?!". Entonces habló la Sergia asumiendo el destino: "¿Nos quedamos sin comer nada?". "Si". "¿Hasta mañana?" "Si" "¿Hasta mañana a las ocho de la noche?". "No, hasta mañana a las siete de la mañana". ¡Ah bueno!".
Las bestias parecían tranquilas.
"¿Entonces nos vemos, mañana por la mañana?"
"Si"
"Bueno, dale... ¡rajá!".

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