LA MANO QUE APRIETA

domingo, 25 de mayo de 2008

romanticismo futurista

Un italiano que en juventud fue soldado a las órdenes de Benito Mussolini, un hombre de casi 90 años pero que aparenta 70, hoy en el parque, me habló de los beneficios del ayuno: "Empiezas primero menguando la comida a la que estás acostumbrado, hasta que puedes pasar los días a tecitos. Y así hasta que logras, que llegas a solamente tomar agua y muy poca. Si llegas a eso y te mantienes así durante tres días... ¡Ahí sucede la maravilla! No solo te sientes estupendamente bien físicamente. La mente se te abre como un repollo, como hojas que te vas arrancando de la cabeza hasta que descubres que eres pura luz. Entonces haces lo que debes hacer: matas a tu hermano, a tu vecino, a tu tía... matas a quien debes matar... ¡Y lo haces perfectamente! ¡No te equivocas en nada! El ayuno bien hecho es genial".

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