LA MANO QUE APRIETA

miércoles, 20 de febrero de 2008

Terrorífico

La cauta caución, retención verbal que insiste y repite un sistema de datos propagados ni apagados o no, esa monotonía arzobispa de pronto congelada, de pronto a la piedra candente, perro caliente insoportable por que siempre muestra el mismo pijo rojo anhelante en medio del desierto rojo. De una vez por todas el regreso final de las vacaciones viejas, el retorno multimillonario apolítico equivocado políneo. Vino tinto en el frezzer ante la cotidianidad de pedros a repetición. Miedo a la mierda, el viejo lobo de mar muestra el culo tapiado por corchos plásticos, uno trás otro hasta el esófago.

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