Soy de hablar español, castellano. Cuando anduve por Estados Unidos, hablaba un mal inglés y mi forma de comunicarme con los demás era susurrar "Fuck you" o "I kill you". A veces sin decirlo, solo con la mirada. Y lograba el susto, aunque una gran mayoría de norteamericanos reía de mi decir y me convidaban con marihuana y cerveza, nos hacíamos amigos.
Usé mucho el insulto viajando. Tanto de ida como de vuelta.
Hoy, es un recuerdo añejado en tiempos casi de Omar Viñole que fue un santo para practicar esos decires que, por supuesto, le abrieron caminos.
Hoy no practico el insulto.
Estoy en obra, haciendo una reforma para poder clasificar mis insultos guardados y lograr uno o varios collages. Un lugar para el asombro.