En general se le llama "novela" y la confusión sobreviene por el concepto formal (o informal) de "novela", de construir una novela.
Hasta el día de hoy y desde quel hombre escribe, pareciera que solamente Arlt pudo hacer eso con "los siete locos" y no solo eso, sino que le metió un segundo bagallo, sin que sobre nada.
Paralelamente, son millones los que sueñan con escribir una novela que se parezca a "los siete locos" (incluso aquellos escritores que no gustan de Arlt).
La masividad deja todo en blanco. Inconcientemente nadie sabe que está llamado a transformar todo.
Arlt dijo su palabra y se rompió...
En mi caso, mi permanencia es una verguenza. Centrándome en el viejo Emerson, pienso cortar la puñeta y recapacitar, e intentar lo que Arlt no logró. Aunque mi acción sea tan inútil como la de mi querido amigo.
viernes, 30 de octubre de 2009
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teatro acción. |
martes, 27 de octubre de 2009
domingo, 25 de octubre de 2009
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apostilla al mail eduardo |
Conociéndolo al sujeto en cuestión, te digo que él se está pensando que yo me quedo con guita de su alquiler, pues a cada momento aclara: "Si necesitás, Oscar, usá" y habla de los temibles costos a que ha llegado la mortadela.
Hasta el "hoy por hoy", reconozco en el Santiago y la Sergia, a tus criaturas, a tu creación. Creo que la Sergia va a dar que hablar, ya dió qué hablar. El día que fuí con Marcial al homenaje a Arias, estuvimos un rato con Raúl Scary, un viejo ensayista del Di Tella. Cuando mencionamos que en el no vernos, mediaba 40 años, Scary dijo que en el Tibet había aprendido a vivir fuera de la contabilidad existencial de los occidentales, que allá el concepto de "vejez" no existía. Entonces le hablé de la Sergia: "Una indigente vieja y sorda que cuando un siquiatra le preguntó qué día, qué mes, qué año era, ella luego de responder cualquier cosa, cortó por lo sano: ´Basta. Qué se yo desas cosas. No es mi onda". Entonces a Scary se le iluminó el rostro con una sonrisa y con los ojos lagrimeantes, musitó: "Qué maravilla".
Tranquilo Oski, los bichos son tu Criatura y yo los mantengo regados mientras no estás.
Yoel
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Mail a Eduardo |
Ayer lo encontré a Santiago nel parque. Charlamos. Sigue con el yeite de quel Tuerto "Vende mucho ¡No sabés cómo vende!" y lo viene mangando nutrido, las últimas diarias del Santi no bajan de 50 mangos y llegan a los 70. El Desgracia me dice: "La comida ALLI es incomible, a lo sumo los días que hay tallarines, como algo". Supongo quenel Hogar, el Santi y la Sergia quedan bajo la tutela de la Puta que los Parió, pues seguramente han de rechazar la mínima cuestión a favor que les ofrezcan en la institución.
Santi vuelve a tener cara de barril sin fondo. Me dijo "Lo menos 50... No te miento. 50 me han pedido de alquilarme el puesto". Cuando le pregunté si estaba jugando a la quiniela, rugió: "¡No!"
Al que mandé a la puta que lo parió, fue al tuerto, a Santi no le dije nada pues es inútil. Le dije al tuerto que estaba podrido de "cuidarle" la guita a Santiago mediante mis cobranzas y que como ahora el pajarraco llegaba todos los días, que no le diera más de 50 cada vez (matemática simple) . A modo de consuelo, le dije: "Esperemos a que Eduardo regrese del final del mundo y encare a Santiago".
¿Cuando volvés?:
Yoel
viernes, 23 de octubre de 2009
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alegre |
En el discurrir del virolo, la marginalidad permite utilizar y transformar los exabruptos característicos del poder. Aparentemente, jugarse la vida por poca cosa.
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me voy comprar calzoncillos y medias |
Cada resurrección es un "volver" distinto. El regreso a casa sucede una sola vez por vida, aunque se crea "regresar" todos los días (regreso del astronauta y del vagabundo), pues la enajenación funciona como un tapón grasoso. Falencia que radica en la publicidad del fenómeno (relectura, religión) y sus consecuentes devaneos inquisitoriales.
Jesucristo resucita cada vez que Gardel canta "Volver".
jueves, 22 de octubre de 2009
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mariposa irrecuperable. |
Acababa de volver de un largo viaje con treinta y pico de años cumplidos. Mis padres vivían y habían salido de paseo, me dejaron solo en la casa. Bebí vino barato e ingiriéndolo encendí un tocadiscos Winco y empecé a pasar discos de pasta de Gardel, uno tras otro, y más vino y más Gardel en aquel espléndido Winco gris gomoso en aquella maravillosa tarde a solas.
Era el viento que llegaba de la calle a través del balcón abierto, el Winco sonaba como el Gran Rex y el Ópera Juntos y Gardel me retorcía el alma con melódica dulce severidad.
Supongo que bailé, ya alcoholizado, pero lo que si recuerdo es cómo lloré, mucho más que una mujer, más que un hombre. Lloré de todo y el Winco siguió sonando y me volví mariposa por siempre y nunca, aferrado a mi gusano egocéntrico mientras mis padres no me veían escuchando a Gardel.
Fue inolvidable. Mariposa irrecuperable.
domingo, 18 de octubre de 2009
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flor de injusticia |
Si, si, si.
Voy hacer todo:
Bien familiar, jubilarme, ir al médico...
Yo que sé en medio deste floripondio de no saber un coño o apenas un abismo de cosa.
sábado, 17 de octubre de 2009
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gatos, gatitas, gatitos |
Lola le puso "Lolo" al gatito siamés que un día trajera Paolo de regalo. Lolo creció y se convirtió en un felino malevo parecido a Stalin, el gatazo gris que me acompañó en la planta baja durante los ochentas. Hoy Lolo es Stalin II.
Un amigo de Paolo trajo una gata garabata para que Stalin II la embarace. Esto sucedió. Stalin II debutó y quedó prendado del caramelo que engendró y cuando vinieron a quitárselo, se puso loco, todo músculo y sed de matar. El arañazo que le zarpó a la esposa del dueño de la gata, aún lo debe recordar la señora, pues le arrancó un trozo de pantorrilla. Mantuve acorralado a Stalin II mediante un chorro de agua, manguera a full y gritando: "Rápido llevense esa gata, antes quel gato los mate. Rápido". Y el matrimonio salió corriendo con su preciosa gata embarazada.
Cuando la gata parió, el hombre hongo que era su dueño, o su esclavo, nos preguntó si queríamos un ejemplar, Lola gritó "Si" y el hombre nos mandó un retoño de pelo rojo, una "gatita". Como inmediatamente Stalin II empezó a olerle el culo, dijimos con Lau "Castremos a la gatita", y la mandamos a castrar. El veterinario castró al animal y nos dijo: "No era gata, era gato". Entonces el castrado, el no-gata, el gato COLORADO, creció y engordó manifestando comportamiento buenazo boludazo que Stalin II aprovechó para culearlo de aroma, tipo felpudo movedizo. De todas formas, la anormal vida gatuna no tenía consuelo y abundaban las riñas y los branquiales rezongos de Stalin II que resonaban por las noches como un Pavarotti cornetudo.
Paralelamente, empezó a asomarse por la ventana de la cocina de arriba, un gatito pequeño y siamés (otro), con hambre. Un gatito inteligente porque de a poco se ganó la simpatía de los tres humanos que vivimos aquí y lo proveimos de comida y lo invitamos a que duerma en casa, Como sería de lindo el gatito, que Lau que nunca le había permitido pernoctar a Stalin II en casa, no por temor a que hurte algo, a que mee y cague doquier, al gatito lo sobreproteguió y lo dejó instalarse.
Al míninmo entrevero entre el gatito y Stalin II, Stalin II trató de montarse al gatito. Entonces hechábamos a Stalin II y manteníamos más que nunca al gatito arriba, y a los otros dos gatos abajo.
En menos de un mes el gatito empezó a arrastrase maullando descosidamente por el piso y levantando la cola. "¡Qué raro es este gatito!" "¡Mah que va ser raro! ¡Es una gata! Está en celo, mirá cómo chorrea".
Efectivamente se trataba de una gatita siamesa. Entonces los dejamos a los siameses juntos, mientras el colorado los miraba sin comprender.
Cuando terminó el celo, la gata volvió arriba y allí tuvo cuatro gatitos. Ni uno solo salió siamés. Uno negro y tres a rayas. La gata había sido servida previamente por un gato gigantesco que con cara fiera y sacando la lengua por un costado, andaba por los techos.
Luego de unos 45 días, envíamos a la gata y sus hijos a vivir abajo con los otros dos, pensando en derivar a los hijos, en castrar a alguien...
Entonces la gata madre atacó ferozmente al colorado, al castrado, queriendo matarlo. Gran escándalo derribando esculturas, rompiendo vidrios...
Entonces subí al colorado, al dócil, al castrado, a vivir con los humanos.
Esto recién empieza o va a terminar, o jamás termine porque abajo hay ahora un criadero de gatos. Stalin II ya está eligiendo a los bebés que son hembras. Las huele y lame el culo mientras aún siguen tomando la teta de su madre.
viernes, 16 de octubre de 2009
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manera de escribir pelotudeces. |
Hay de todo
o
No hay nada.
Entonces "jamás", sería una propuesta
desde el momento que todos y nadie, están en lo mismo (humanismo fórmico), o lo contrario.
En cuanto a lo mio, el galeón de don Armando está entregado y empotrado. Hoy por la noche habrá una boda alrededor de él.
Entonces ¿porqué no exponer en abril? Total, en ningún momento dejaremos de sufrir ni de reir.
Claro que a veces hay sustos que dejan eternidades desvastadas, stress que le dicen.
Todo o nada, el regocijo es una pelota de ping pong en juego.
Como dijera Calle: "Apiádate de los que sufren, condenado".
Nada o todo, la palabra despilfarrada sería tan valiosa como la que corta por el medio, la que demuestra. Por mucha novela escrita, la palabra cuando es silencio, se entiende.
Mi madre decía: "Millor meter a lengua no cu" ("Mejor meter la novela en el culo").
Y es cierto, son demasiados siglos de enroscar pelotudeces y barrabasadas. Arlt se murió a los 42, harto desa monotonía.
martes, 13 de octubre de 2009
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letanía. |
Ayer noche concienticé el cansancio de usar internet. Me agotó en cuestión de veinte minutos, que fue el tiempo que utilicé para tantear el precio de unos diez libros viejos. Y los precios de internet son una letanía enroscada por conocedores de desconocimientos librescos que piden y seudo estipulan determinados dineros por determinados libros, en general precios altos que hoy, seguramente por la crisis global, tienden a la baja.
Sea como sea, Doris Day y el general San Martín, decían que lo que "será será". El pálpito empírico tiene prioridad sobre las postulaciones virtuales.
Paréceme entonces que internet sin una "inquisición" coherente, queda como un entretenimiento que cansa, por lo menos a mí que aún tengo pretensiones de usar teatralmente mi columna vertebral como látigo, aunque la biología dé sorpresas terminales.
domingo, 11 de octubre de 2009
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sobre el onanismo disciplinario |
Cuando hice una de mis primeras exposiciones, allá por 1990 (la primera fue en 1986). Yo ya era un hombre con más de cuarenta años de vida, y escribí un panfleto a modo de "catálogo", donde decía algo así como: "Al pasar de la manualidad literaria a la manualidad plástica, y viceversa, surgió otra más importante, la manualidad onanística". El conductor de un canal de televisión por cable, un joven muy formal, me hizo una entrevista y grabando el programa, con el panfleto en la mano, me preguntó: "Dime Yoel, cuando dices "manualidad onanística" ¿a que te refieres? ¿a algún tipo de disciplina oriental?...". "No -le corregí- me refiero a la puñeta -se me quedó mirando sin saber qué decir, entonces traté que la imagen fuera clara- la masturbación". El muchacho hizo todavía un montón de preguntas que tenía programadas y dió por terminado el reportaje.
Que yo sepa, esa filmación jamás salió al aire, y es una pena.
jueves, 8 de octubre de 2009
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Un tachero. |
Los tacheros parecen ser un crisol sociológico de Buenos Aires. La mayoría participa del fenómeno futbolístico como si se tratara de algo común a la humanidad, sus radios lo indican. Creo que en 40 años de viajar en taxi, solo una vez me tocó uno
que escuchaba música clásica.
En fin, hay de todo, y generalmente converso con ellos, casi siempre de las situaciones actuales.
El otro día me tocó un tachero sesentón, desilusionado, me dijo: "Este gobierno es la última mierda. Pero los de antes desde Menen, fueron lo mismo. Y los que vienen son peor... Estoy podrido ¿qué quiere que le diga? -alborozó un suspiro cuasi optimista- Menos mal que estoy por morirme en cualquier momento... Chau, no los aguanto más".
martes, 6 de octubre de 2009
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Luna llena |
Hace dos noches, a la medianoche, la luna estaba enceguecedora sobre la casa de mis vecinos al sur
El cielo azul negro, más incomprensible que la luna.
Ayer noche, hoy casi la madrugada, la luna menguaba brillante sobre la casa de mis vecinos al norte
El cielo azul negro...
En el durante hubo muertes, lluvias, ánimos que cambiaron
Tan aquí.
jueves, 1 de octubre de 2009
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Los cuadros de Calle |
¿Acaso hay alguna otra posibilidad que no sea la ficción? Sobretodo si la memoria, en siempre delicado equilibrio, espumea a través de muertes acumuladas. Así, el verbo sucede tanto al principio como al final.
El recuerdo de lo que fue, o no fue.
Imprevistamente apareció en la librería, Alvaro de las Ponces, aquel adolescente colombiano que conocí en el Bogotá de 1970 y que -yo no lo recordaba- dirigió uno de los teatros adonde actué con Marta. Charlamos un montón homenajeando una botellita colombiana de aguardiente anisado "180 grados".
Alvarito está por cumplir sesenta años, es memorioso y hoy regresa a Colombia. Me habló de amigos comunes: Jotamario, Andrés Caicedo, y del maestro Calle. Me dijo que Calle tuvo una muerte extremadamente miserable, que literalmente murió en una de las calles de Bogotá, a la intemperie. Que nadie lo socorrió porque nadie lo soportaba. Que tuvo una muerte de perro abandonado.
Alvaro me dijo que los cuadros que pintó Calle, los muchos Cerros Monserrate de Bogotá y los exaustivos islotes Jhonny Cay de San Andrés, aquellos cuadros que el maestro vendía por centavos y que firmaba "Kat", hoy se cotizan relativamente bien y que los 1.000 dólares era una suma corriente para pagar alguno de sus cuadros.
Puede ser que la realidad supere a la ficción, se trata de una constante ingrata. A mi se me hace que ficción y realidad son una misma maroma.
Calle (que tal vez nunca nació ni murió) me dijo un día: "Yo mis cuadros siempre los vendo. Jamás los regalo".